De acuerdo con CNN, el jefe del grupo mercenario Wagner, Yevegeny Prigozhin, se extralimitó y perdió.
Su insurrección, impulsada por la arrogancia, fracasó por una combinación de ambición desmedida y su incapacidad para interpretar correctamente lo que ocurre en el círculo íntimo de Putin, del que formaba parte.
“el sistema no estaba preparado para el cambio radical” que él quería.
Cuando recogió sus tanques el sábado y abandonó el cuartel general del ejército ruso en Rostov del Don, sus simpatizantes se apresuraron a darle las gracias.
Sus tropas, curtidas en mil batallas, como actores veteranos tras una larga y tensa representación de 24 horas, se despidieron de un público que parecía adorarlas.