Es una realidad que el impuesto al acero y aluminio mexicano entrará en vigor a partir de la segunda semana del mes de marzo. Se planteó que será del 25%. Sin embargo, existe la posibilidad de que la intención del presidente Trump será reajustarlo hasta llegar a niveles del 50% lo cual prácticamente sería una sentencia de muerte, un riesgo de quiebra para la industria del acero en México.
La mayoría de las compañías productoras de acero del país están ancladas y dependen de las exportaciones hacia EE. UU. Cobrar una tarifa de 50% al acero y aluminio mexicano, que llega al mercado estadounidense, implica un encarecimiento inmediato–del mismo porcentaje– en tales materiales. Es decir, por cada 100 mil dólares al acero mexicano, los importadores norteamericanos deberán pagar 50 mil dólares adicionales de impuestos, lo que fácilmente saca del mercado a las empresas siderúrgicas mexicanas y a sus productos terminados.
Solo anuncio de los aranceles y la eventual quiebra acereras en México implica caídas en inversiones, producción de acero y aluminio, y nuevos proyectos en el sector.
Esto último traería desempleo en la industria acerera nacional y familias enteras sin ingreso. Además, el choque psicológico y financiero de las medidas de EE. UU. contra el acero es un caldo de cultivo para el encarecimiento del dólar, que podría rebasar la barrera de los 21 pesos y con ello generar una nueva escalada de inflación en México. Si ocurre este último escenario, la tasa de inflación tendría a superar el 5% en este año con un recorte en las expectativas de crecimiento de México, ya que podría pasar de una proyección de 1.5% del PIB a una recesión en 2025, es decir llevaría a un decrecimiento económico.
La industria siderúrgica tiene presencia prácticamente en todo el país y en 11 estados de la República se produce acero líquido. Entre entidades federativas destacan Coahuila, Michoacán, Nuevo León, Guanajuato y Veracruz, cuya producción combinada representa 80.5% del total nacional.
El listado nacional se encuentran de la siguiente manera: Coahuila 24.7%, Michoacán 20.6% , Nuevo León 15.6%, Guanajuato 13.1%, Veracruz 6.5%, San Luis Potosí 5.8% , Puebla 4.8%, México 3.1%, Tlaxcala 2.6%, Jalisco 1.7% y Baja California 1.5%
Cabe señalar que México se encuentra en el lugar número 13 en la clasificación industrial del acero en todo el orbe con 18.1 millones de toneladas; un tanto lejos de China (716.5), Japón (107.2) y Los Estados Unidos (88.7), países que lideran la producción a nivel mundial.
Como podemos apreciar, con este objetivo, la estrategia de la Casa Blanca es muy clara, pues busca eliminar a los competidores de las acereras de su país, sustituir las importaciones e impulsar a sus empresas, inversiones y empleos. Ya que durante mucho tiempo Estados Unidos ha tenido que competir con las importaciones de acero de Europa, Rusia, Kazajistán, China, India, Canadá y México; esto ha obligado a que el precio del acero en Estados Unidos no sea muy alto, de calidad, sin ser caro; por lo que se busca –con los aranceles– dejar de importar para que el propio acero norteamericano sea el único que se venda allá. El problema para México es que las empresas siderúrgicas están atadas a las exportaciones hacia Estados Unidos y por lo tanto un impuesto de 50% obligaría a muchas de ellas a quebrar y desaparecer en el mediano plazo.